martes, 24 de diciembre de 2013

NO HAY NAVIDAD SIN JESÚS


Es diciembre y falta menos de una semana para navidad. Este es un momento del año esperado por muchos y odiado por otros tantos. Todas las casas y establecimientos de toda índole se están esmerando en decorar y crear un ambiente "navideño". ¿Por qué las comillas? Porque, aunque lo hayamos escuchando tanto que ya ni lo asimilamos, NO HAY NAVIDAD SIN JESÚS. 

Yo tengo una familia pequeña por diversas cuestiones extrañas de la vida. Creo que podría contar a sus miembros con los dedos de las manos. Aún así, estoy seguro de que tendremos una bonita cena y quizá un par de regalos por ahí. Sin duda, la navidad es la gran ocasión que genera la unidad de una familia. Supongo que es por eso que, desafortunadamente, son el 24 y 25 de diciembre dos fechas en las cuales singularmente ocurren muchos suicidios. ¡He ahí uno de los problemas! Las personas se sienten solas —de hecho, tal vez no tengan familia o amigos cerca—, pero el problema radica en que no se dan cuenta de que no lo están. No, nunca estamos del todo solos; siempre nos queda alguien: Dios. 

Me pregunto qué sentirá él cuando todo se reduce a destrozar los papeles de regalo a toda prisa y luchar por embutirse la mejor parte del banquete. Tomamos chocolate hirviendo mientras estamos a 27 grados centígrados. Cierto, miramos al cielo, pero tan solo para admirar el cómo estallan los fuegos artificiales. Abrazos por aquí y por allá, como si fuera nuestro cumpleaños o algo así. Sacamos al niño y lo ponemos en el nacimiento, pero es algo tan mecánico que pasa desapercibido. ¡Feliz navidad! Aunque ya no sepa su significado, ni mucho menos lo sienta. Nadie se detuvo a pensar que estamos alegres porque en esta fecha nació Jesús. Él ha pasado piola en su día. Toda la pomposidad —que no está mal si es que se hiciera en honor a ya sabemos quién— hizo que pierda protagonismo. Definitivamente esto solo se lo puedo decir a los católicos, pues los no creyentes que disfruten de sus regalos solamente y ya. 

No pretendo quedar como el devoto más puritano o algo similar. Yo estoy muy lejos de serlo, claro que no. Pero al menos siento una gran culpa al actuar mal. Y no creo que eso sea una cadena o me quite libertad; al contrario, ese sentimiento me dice que aún sé lo que es correcto y que tengo la capacidad de aceptar el error y tratar de no cometerlo nuevamente. Cuánto quisiera ser una mejor persona. Tendría una enorme satisfacción si dejara de ejecutar ciertas acciones de las que tengo certeza no son correctas. Sin embargo, si pudiese, creo que ya no sería humano. Siempre hay una oportunidad. No sé ustedes, pero yo puedo hablar con Dios en todo momento. Él me escucha mejor que nadie. Yo sé que me comprende. Todos tenemos secretos personales y familiares. Dios sabe todos los míos y sigue a mi lado o yo sigo al suyo. 

Les recuerdo que existe algo llamado misa de gallo o "gallito" —como dice el padre Jorge, debido a que ya no se celebra a la media noche, sino a las 10 o antes—. Mi consejo es que celebren como nunca, pero tengan presente el porqué de esa fecha, el porqué de esa fiesta.




Al fin terminé de armar mi arbolito de navidad :) 

domingo, 8 de diciembre de 2013

DÉJALO PASAR


Aún no he armado el árbol de navidad, y eso me parece casi de terror. ¿Por qué? Porque yo siempre he sido el entusiasta de mi pequeña familia, es decir, siempre he disfrutado de una manera que no entenderían el acomodar todos los adornitos, poner la estrella en la punta y, finalmente, prender las brillantes luces navideñas. Siento que me estoy traicionando a mí mismo, y no quiero crecer o, mejor dicho, dejar de ser yo. 

Lo que acabo de decir es un ejemplo perfecto de lo que nos pasa todo el tiempo, a cada instante de nuestra inesperada e inconstante vida. Sufrimos cambios, pero muchas veces nos resistimos a estos, aunque finalmente nos derroten y pasen a ser parte de nosotros. Pero supongo que no es tan malo, sino no nos adecuaríamos a quienes somos ahora, porque no somos los mismos de hace un año. El año pasado, por esta época (diciembre), yo era un infeliz trabajador de un restaurant de comida rápida y estaba en una academia preuniversitaria soñando con ingresar a la universidad. Ingresé a la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Un año antes soñaba con ingresar a la Universidad Católica del Perú. Y un año antes a este quería ser arquitecto, no abogado como aspiro ahora. 

Este año, ha sido de grandes cambios, pero, exceptuando lo referente a mi árbol navideño, han sido extraordinarios. En tercero de secundario yo maldecía porque el Estado, por ejemplo, no donaba algunos millones de soles a la Teletón; hoy sé que eso no es posible porque hay miles de ONGs y asociaciones que necesitan igual o más ayuda, y no se puede satisfacer a todas, por lo tanto, se estaría actuando de forma desigual y favoreciendo injusta e ilegalmente a una organización como esta. Además, sé que el dinero del Estado es el dinero de todos nosotros, así que el destino de este es retribuirlo a todos sus aportantes mediante obras públicas e instituciones. 

Desde niño mi mayor sueño era ser millonario... Dinero por aquí y por allá, eso creía que iba a ser mi gran mundo perfecto. Hoy, como también para la gran mayoría, es uno de mis sueños, pero tan solo uno más. También anhelo poder ser un buen abogado. Quiero cambiar mi entorno, ayudar a mi familia y a mi país. Me imagino un Perú próspero económicamente y también en desarrollo humano. Pero creo que todo esto se logrará con la libertad, el liberalismo; es decir, hacer lo que uno desee con su vida, siempre y cuando no afecte a otra persona. Esto del liberalismo es un tema mucho más amplio y lo tocaré en alguna otra entrada. 

Solo me queda hablar de los amigos. Estos también han cambiado enormemente. El 2013 ha sido extraordinario para mí respecto a este punto. He hecho muchos amigos (y amigas) valiosos en la universidad y en otros lugares. La carrera de Derecho y San Marcos han permitido que pueda hacer amigos de mi año (mi ciclo es anual), pero también de otros años, incluso de personas que acaban de egresar. En la Facultad hay una dinámica de integración increíble... Existen tantos eventos, agrupaciones políticas, grupos de estudio, asesorías y alumnos, que es casi imposible no poder socializar y conocer grandes —realmente grandes— amigos en todos los años de la carrera. También —a mi pesar— he perdido contacto con muchas otras personas que eran especiales para mí. No debo decirlo, pero hay gente que se ha vuelto realmente estúpida. Y otras pérdidas han sido simplemente porque cuando el tiempo pasa la gente se aleja y es inevitable que esto pase. Tengo muy bonitos recuerdos de mis mejores amigos de la infancia, y pensé que nunca perderíamos esa confianza y unión que teníamos. Pero mirémonos ahora, ya no hablamos, solo somos amigos de facebook. A veces quise retomar la conversación o intentar algún reencuentro, pero la amistad forzada no funciona, es incómoda e ilógica. No, los muertos no se reviven. Solo nos quedan los bonitos recuerdos, y no los ensuciemos con los nuevos de una amistad forzada, sosa y aburrida.


Me prometo a mí mismo armar ese bonito arbolito y subir una foto de este. 



Hablando de amigos de la universidad, esta foto me la tomaron con una gran amiga que es parte del grupo de amigos con el que siempre paro. 

sábado, 7 de diciembre de 2013

SIGO AQUÍ, PERO QUIERO MÁS


   He descuidado mi querido blog por un mes, noviembre; pero no, no puedo tirar la toalla. Constantemente dejo cosas a medias, pero esta no será una de esas.
   Me es complicado el escoger un tema para tratar. Podría hablar —nuevamente— sobre el amor, pero sería hipócrita escribir acerca de algo que no me está pasando ni siento. A decir verdad, últimamente, tengo unas ganas tremendas de escribir sobre política, economía, actualidad y ese tipo de cosas, pero no me atrevo a hacerlo. No me siento preparado tal vez. Es, pues, difícil que las demás personas se interesen por tu opinión. Y lo digo porque la finalidad de un blog es que la gente te lea. Creo que eso de que uno escribe para sí mismo y alguna élite de iluminados que entiendan y se identifiquen con tus entradas es una total farsa. Para tal caso, escribe y no publiques. 
   No quisiera que Dolor del Subconsciente pierda su esencia, pero creo también que soy capaz de opinar sobre otros temas que no sean lo sentimental o ficciones relacionadas con drogas y temas marginales. Sin duda, aún me seguiré dejando llevar por lo que me dicte la noche. La escabrosa vida de Adriano se seguirá desarrollando. No, no mataré al monstruo; multiplicaré las letras.
   Si alguien que me lee con gusto, nos vemos en la siguiente entrada. Saludos.


Estoy yendo frecuentemente a la playa en bicicleta, y esta es mi última foto. 

martes, 22 de octubre de 2013

UNA NOCHE PARA SER LIBRE

   Él estaba un poco aturdido por la excitante mezcla de drogas y alcohol; además, las luces que se encendían y apagaban y el volumen al máximo hacían de ese ese momento una experiencia única. Esa noche se había marcado un paradigma en su vida: se había dejado llevar por las circunstancias. Ya no luchaba contra el enemigo de la inmoralidad, ni tampoco contra su conciencia. Se unió al placer momentáneo. Comenzó a vivir en excesos. ¿Cómo es posible que las drogas —legales e ilegales— que uno olvide todos sus problemas? Adriano estaba tan libre que ni siquiera reparó en esa pregunta.

   Todo era muy simple: en ese momento él era completo. ¿Por qué completo? Porque no necesitaba nada, y podía hacer todo. Y todo lo que quería hacer era conocer a la mujer que estaba en aquella esquina que no albergaba a nadie más que a su propia esbelta silueta. La divisó a los lejos. Podía ver sus labios rojos encendidos incluso en la oscuridad. Ella era blanca como la nieve... esperen, ¿como la nieve? ¡De ninguna manera! Ella era blanca como la mejor cocaína. Nada podía detenerlo. 

   Adriano era dueño de sus acciones, y, por el momento, sus decisiones se ejecutarían sea como fuese. El corazón le latía a mil; otra razón más que indicaba cuán vivo estaba esa noche. Sabía que la mañana siguiente sería el mismo de antes. La oportunidad tenía fecha de caducidad, y esta era muy pronto. 

   Se acercó, tocó su rostro, y le preguntó su nombre. 
   
   —¿Cómo te llamas? Yo soy Adriano. 

   —Hoy no tengo nombre —dijo ella con una sonrisa escueta.

   Él pudo observarla en su totalidad. Tenía el cabello negro y un tanto ondeado. Los tatuajes en el cuello le daban una apariencia sumamente sexual. Lo anterior se completa con el pequeño vestido de cuero que marcaba y apretaba todo su cuerpo. Era delgada, pero tenía una forma artística. Ella era lo más cercano a la perfección, ¿o a la perversión? Quizá ambos términos estén relacionados. 

   Él quiso continuar la conversación. 

   —Así que no tienes nombre... Genial, no quedarán pruebas del delito o pecado. 

   —Así es —dijo ella de forma entusiasta.

   —¿Te puedo besar? 

   No recibió una respuesta literal, pero ella asintió acercando sus labios a los suyos. Tenía un aliento cálido que él sentía delicioso. Se propinaron unas caricias bruscas. Cada uno quería tener el control de la situación. Él cogió sus caderas y la frotó contra su cuerpo. La tocaba con el afán de tener el dominio, pero fue ella quién se adueñó de la situación. Después de todo, Adriano era un novel en ese tipo de experiencias.  

   Sin duda aquel beso con aquella chica, que desaparecería en unos cuantos minutos, fue el mejor que había recibido hasta esas alturas de su jodida vida. Ella besaba como ninguna. Tenía la lengua más rápida y atrevida. Podría decirse que —si tratáramos de hacer una conceptualización algo divertida— era una máquina de fabricar erecciones. Lamió sus labios y encías. Lo mordió hasta las orejas; causando, a cada momento, que él se estremeciera de placer. Esa lengua llegó hasta su garganta y, de alguna forma, violó la boca de su compañero de la noche. 




martes, 8 de octubre de 2013

HAY UNA CHICA BONITA



     Yo tengo muy claro que los muertos no reviven (a menos, claro está, en el día del juicio final), pero siento que eres un fantasma que no deja de jalarme las patas. Lo anterior es una didáctica analogía que trata de conceptualizar lo que me pasa contigo; pues tengo el síndrome de todo me recuerda a ti. Esperen, creo que estoy exagerando. Digamos que esporadicamente te recuerdo. Eso es, mi problema es que a veces vuelves a joder mi felicidad. 


      Amiga, tú ya no me pareces bonita, claro que no. Ya no me gusta como actúas, claro que no. Entonces, ¿qué es lo que quiero de ti? No sé. O sea, siempre he sido de superar rápido, no tengo idea de qué es lo que pasa. Lo peor es que cambio de parecer a cada momento, porque ahora pienso que sí te he superado. Además, no hay nada que superar. Suena tan patético eso de superar

      Lo bueno es que me gusta otra persona. Tal vez ella lo sabe. Como soy un poco bromista, tal vez no lo ha tomado en serio. Esta nueva chica es bien linda, bien mala, bien dulce... Me gustan las personas que son buenas y malas a la vez. Supongo que las identifico conmigo. Creo que yo aspiro a ser un bueno-malo, aunque, por ahora, soy todo un bonachón. 

     Pero tengo la sensación de que, posiblemente, la nueva chica no me haga caso. Tampoco es que me preocupe demasiado eso. En este momento de mi escasa vida, no me importa tanto estar con alguien. No sé si me he vuelto un aburrido, pero solo no me siento mal. No obstante, creo que necesito conocer gente de modo urgente. Estoy a punto de acabar mi primer año universitario, y espero que este verano sea el mejor hasta ahora. Por eso, con el tiempo, tal vez le diga a la chica bonita para salir. ¿O debería intentar con el pasado? No, ¿no? Ya muy aburrido.

Solo falta saber con exactitud a quién dedicar la imagen...

martes, 1 de octubre de 2013

REHUSARSE A SER NADA

  

   Sus manos ásperas y cálidas hacían un gran contraste con el metal frío y liso. Sentía que el revólver tenía una especie de vida propia. Era un ente inanimado, pero que se expresaba de una manera que no lograba comprender. —¿Qué quieres que haga? —Dice Adriano, mientras mira su arma de forma vacilante. Evidentemente, él no recibe una respuesta.    
   
   Explotaban sus sienes, las gotas de sudor lo empapaban tanto como las lágrimas y no podía mantenerse inmóvil. Era un momento de total perturbación. Cada instante era infinito y a la vez totalmente efímero. Él se preguntaba si sería conveniente hacer ese acto de cobardía. A la vez, pasaba por su cabeza el que, posiblemente, ni siquiera merece la muerte… No merece absolutamente nada. Qué deshonra para la munición que, tal vez, acabaría con su vida.
   
   Adriano recuerda la siguiente frase: “Todas las crisis son pasajeras”. Pero, a modo de objeción, piensa que eso es válido solo para quienes están vivos. Él ha muerto. Su espíritu se ha desvanecido, ella se lo ha llevado. ¿Cuál es el sentido de que alguien siga en este infierno llamado mundo si ya no tiene las armas para luchar? Por supuesto, es una visión muy pesimista de la vida, sin embargo, no olvidemos que él ya no la tiene.
   
   Trata de tener un momento de lucidez y se pregunta si sería justo para quienes lo aman. Lamentablemente, se da cuenta que ya nadie lo hace. Él es el único que ama, aunque, en este instante, siente que sus sentimientos se están esfumando y siguiendo los pasos de su alma. 
   
   No está dispuesto a convertirse en un ser mecánico, en un esclavo más de la vida, en un sistema biológico simplemente. Las drogas ya no hacen el efecto deseado, el alcohol ya no calma el dolor, los sueños ya no le proporcionan el olvido y los libros ya no lo convierten en otra persona. 
   
   Estuvo en la cima, pero ahora está en el suelo lleno de colillas y orines. ¿Será verdad que siempre se puede? Ojalá hubiera siempre otra oportunidad. Nadie puede entender la vida en su totalidad, ni siquiera un puñado de esta. Tal vez caes y jamás te volverás a levantar. Quizá tu lugar es estar abajo, soportando el gélido y duro suelo. 
   
   Adriano, luego de la anterior reflexión, se termina de decidir. Piensa que tomar una decisión tan importante que puede cambiar su destino sería levantarse del llano. Al fin sus decisiones adquirirían una cierta importancia. Él sería el protagonista y el ejecutor de un evento tan trascendental. La espera terminó. Cogió la pistola y la puso exactamente al centro de su frente. Evitó pensar más, no quería arrepentirse, no podía retroceder otra vez. Solo se limitó a decir el nombre de aquella chica. Jaló el gatillo y soltó…
   
   La ruleta rusa no había sido efectiva. Seguía respirando, estaba ileso. Pero no sentía alegría, tampoco pensaba que era una señal divina. ¿Lo intentará otras vez, pero de forma certera?




Este final no me ha dejado satisfecho, aunque yo lo haya escrito. Al inicio pensaba en la sangre saltando a los lados como fuegos artificiales. Pero los finales felices son aburridos. Sí, que no haya muerto es un final triste. ¿Por qué? Porque no logró su objetivo. 

domingo, 8 de septiembre de 2013

UNA RESPUESTA

¿Cuánto tiempo tendrías que conocer a una persona para enamorarte de ella?

Un solo instante basta si es esa persona especial que quieres de forma espontánea y del todo arbitraria. No actúa la razón ni la lógica, es algo que no tiene explicación.

viernes, 6 de septiembre de 2013

¿Enamorarse será una enfermedad?

¿Enamorarse será una enfermedad? Me hago esta pregunta debido a que últimamente siento algo, que no sé qué es, pero que me mortifica en demasía. O sea, he tenido mis épocas cursis (casi hasta el coma diabético), pero nunca me he encontrado en el estado en el que me siento actualmente. Obviamente no me siento enamorado como comúnmente se dice; o tal vez sí, y el único problema es que no sabía qué era exactamente enamorarse. Por momentos hasta me desconozco, pues siempre he visto patético eso de estar pensando todo el tiempo en alguien y no mirar a nadie más; es decir, como comúnmente se dice, solo tengo ojos para ella. Por supuesto, reniego totalmente de eso, lo rechazo; aún así, es inevitable. 

¿También pensará en mí? Y aquí es donde hace escala la inseguridad o, en su defecto, el egocentrismo exagerado. Es difícil ser objetivo en esto, siempre se va a exagerar. Creo que de dos probables maneras (equívocas) se responde uno mismo a esta cuestión: 


a. El creer que somos totalmente ignorados. A veces la persona con la que soñamos, por la que sentimos que estamos vivos, también nos corresponde, pero todo lo promisorio de esa relación (agarre, plan de una noche, relación propiamente dicha, etc.) se ve menguado por la poca confianza que tenemos de poder conquistar a alguien. Y es así como echamos a perder una oportunidad, tan solo dejamos de ver lo interesante, extraordinarios y capaces que somos. 


b. El creer que esa persona muere por nosotros. La extrema autoconfianza y el narcisismo nos llevan a ver algo que no existe. Si esa persona nos trata mal, decimos que nos trata mal porque quiere captar nuestra atención; si nos trata bien, peor aún, ''está botando litros de baba''. Esto es peor que lo anterior, pues nos podemos llevar la sorpresa de ser rechazados, rechazados cuando era obvio que iba a suceder. A modo de consejo, puedo utilizar esta frase: la verdad duele una vez,  pero la mentira duele siempre. 


Qué bueno fuera que en ambos casos nos diéramos cuenta de la realidad, ¿verdad? 


Regresando a mi situación, lo peor es que yo no tengo idea de en cuál de esos dos me encuentro. Pues siento, por momentos, que me quiero; por otros, que no le importo en lo absoluto. Espero poder seguir un consejo, que predico como una máxima: espera una semana y ya no sentirás nada. Confío en que eso funcionará, tan solo esperaré unos cuantos días. 



Exactamente eso es lo que deseo hacer. 

domingo, 1 de septiembre de 2013

NO TE DIGO

Eso de declararse a alguien es una cosa muy tediosa. Al menos en mi caso, tengo que tener la certeza absoluta de que ella me quiere para poder hacerlo; aún así, lo dudo mucho. Reconozco que soy del todo inseguro en esos casos. ¿Qué pasa si me dice que no?, ¿y si no le gusto en realidad?, ¿le contará a todo el mundo que me ha rechazado? Me hago esas y muchas otras preguntas, pues, para mí, estar con alguien es cosa seria. De seguro alguna vez estuve con una chica solo por el hecho de saber que ella me quería. He tenido muchas oportunidades para decirle a alguien que la quería infinitamente, que ya no aguantaba no besarla y estar a su lado; sin embargo, no lo hice. También ha influido en mí el hecho de que me aburra muy rápido de las cosas y las personas... ¿Qué pasa si estoy con alguien, se enamora mucho de mí, y yo me aburro? No quisiera lastimar a nadie. Pero el estar en ''planes'' también implica conquistar a esa chica y, si no te declaras, de igual modo la lastimarás. A veces también le tenemos miedo a las relaciones y me ha sucedido un millón de veces. Cuando estaba aún en la pubertad, me gustaba tremendamente una chica. Éramos amigos y yo pensaba en ella todos los días, todas las horas, todos los minutos... Pero nunca le dije claramente que tenía unas ganas incontrolables de que seamos algo. Felizmente, con el tiempo dejé de quererla, pero me pregunto qué habría pasado si hubiera tenido la valentía de confesar lo que sentía. Luego me ha pasado otras veces con otras personas, pero ese fue el paradigma. El problema es que muchos factores influyen al momento de decidir dar un paso más. Mientras uno piensa si hacerlo o no, ya se pasó el tiempo y nunca se concreta. 

Luego de leer lo que he escrito, noto que no soy bueno para afrontar todo lo que una relación demanda. Me estaba olvidando de que también es difícil ser fiel, dejar de hablar con amigas, tener que gastar dinero en otra persona, dejar de besar a alguien que no conoces mientras estás ebrio, y algunas otras cosas. A mi edad, estar con alguien es un reto. Creo que si se encuentra a alguien especial, no hay el porqué de no intentarlo; pero, si se va a estar con alguien para pasar el rato, no vale la pena. Si algo se vuelve común, deja de ser especial. Yo seguiré buscando a la chica ideal ('ideal' para mí), seguiré conociendo a alguien en alguna fiesta y gastando mi dinero íntegramente en mí. ¿Qué busco en una chica? Creo que es lo siguiente: que sea inteligente, cursi, cruel, burlona, creída, agresiva, loca, sepa algo de actualidad, que tenga buen gusto, etc. ¿Y el físico? Ese aspecto no lo he definido, pues siempre me han gustado personas distintas, ninguna igual a la otra. 

Esto pasa con frecuencia: pienso que es la chica de mi vida, pero no lo digo. 

viernes, 16 de agosto de 2013

NO LA EXTRAÑO

Me pregunto el porqué de extrañar a alguien. Se supone que las cosas pasan, la vida es un río que nunca tendrá la misma agua; por eso, hay que aceptarlo: las personas llegan y se van. Lo sé, he sonado demasiado fan de Heráclito, pero sigamos en la cuestión. En mi caso, extraño a muchas personas: amigos, amigas, familiares distantes, etcétera. Sin embargo, extraño a alguien más que a nadie... Supongo que se imaginan que extraño a alguien que me gusta, pues, así es. Pasan los días, han pasado meses o años, y yo sigo aquí, pensando en ella. Es un sentimiento un poco trastornado, pues extraño lo que ella fue, no lo que es ahora. ¿Por qué las personas cambian? Me lo pregunto tanto. Sé que es inevitable, pero me molesta que no lo hagan en el sentido que yo deseara. En un momento tenemos a esa persona tan idealizada que la vemos con una perfección sobrenatural. Tal vez debido a eso es que no concibo que mi chica perfecta se autodestruya, que termine con mi fantasía, que me vuelva a la realidad. Es como cuando estás teniendo el sueño de tu vida y te despiertas antes del desenlace... No tiene sentido la realidad en ese instante. Otro motivo de no olvidar es que no solo extrañas cómo era esa persona, también extrañas cómo eras tú a su lado. Con esto me refiero a lo feliz que estabas. No importa si nos hacía daño, si la relación estaba jodida o si era una locura: las historias comunes son aburridas. ¿Por qué no volver a intentarlo? Hay un millón de respuestas y a la vez ninguna. Puede ser que ella ya no te quiera, que se haya cansado de esperar o de soportarte, que haya dado vuelta a la página para seguir. A veces el orgullo también es una gran influencia. Todos tenemos ese estúpido chip de ''primero la dignidad que la felicidad''. Yo siempre lo pienso, lo aconsejo, pero no lo sigo. Obviamente, a veces es sensato no volver a los brazos de alguien, por más feliz que esto te haga. Esos son casos extremos, el amor y la felicidad (así sean extraños y nocivos) siempre deben de ser bienvenidos. Da igual si va a ser un pequeño remember, tal vez ese lapso insignificante de tiempo será digno de recordar por toda una vida. Yo creo que si piensas tanto en alguien vale la pena buscar la forma de volver, casi no hay obstáculos. No importa si ella está en una nueva relación, en el amor todo se vale. Total, hay que luchar por la felicidad propia, no por la de los demás. Para finalizar, confieso que no sé por qué no lo intento una vez más. Siempre escribo y creo que doy unos buenos consejos, pero no los sigo y no lo entiendo. Aunque también dicen que ya no es especial si obtienes lo que quieres. Me quedaré con la duda, por ahora. 



Espero parecer una persona fuera de sus cabales. 

domingo, 11 de agosto de 2013

ME ENAMORÉ DE LAS PALABRAS DE UNA CHICA

Estaba conversando por facebook chat con una amiga muy especial, y me dijo lo siguiente:

«Quiero tus abrazos, sentir tus labios suavemente contra los míos.
Descubrir tu pasión, quedarme con tus noches y tus suspiros.
Descubrir la sensación de tu piel, ver tus grandes pestañas.
Soñar con tu cabello y hacer todo lo que imagino realidad.»

Leo eso y me parece sumamente especial, aún así, no lo creo del todo. No estoy seguro del porqué de mi reacción. ¿Por qué he de desconfiar? Creo que solo hay dos posibilidades. La primera es que ella esté mintiendo; la segunda, que yo no tenga la suficiente confianza en mí como para aceptar que alguien me diga eso. Luego, pienso y tampoco me parece tan malo el ser ''utilizado'', en el caso de que así sea. Ella es linda, astuta y escribe bonito...¿Se puede pedir más?

Y la conversación continúa...

Yo: Pero todo lo que quieres se consigue con un besito y abrazo.
Ella: ¿Me concede ese único deseo?
Yo: ¿No que no querías eso?
Ella: ¿No quería qué?
Yo: Que solo sea cosa de un momento.
Ella: Prefiero una noche a tu lado para memorizar cada movimiento tuyo, que seguir recordando cada noche que algo me hace falta: tú.
Yo: Especifica una noche.
Ella: Tú eres el sueño, dejaré que decidas cuándo aparecer. No debe ser una noche, podemos oscurecer el día si queremos.
Yo: Mierda (nombre de ella), ¿cómo escribes tan lindo?
Ella: No se necesita mucho, solo encontrar a quien sea tu inspiración.

Todo siguió, pero no es legitimo publicarlo. Supongo que alguna otra persona habrá quedado enamorado de esas palabras, tanto como yo. Nunca he estado con ella, es mi lado opuesto, tampoco creo que lo estemos. Ella siempre está, somos como unos eternos gileros... Todo parece perfecto, solo falta algo: confianza. Lamentablemente, nunca he tenido eso con ella, la desconfianza puede más. 





La última foto que tengo, es de un día antes a la conversación.

jueves, 8 de agosto de 2013

POR SIEMPRE, SOLO AMIGOS

   

   Adriano, sentado en su cama, no pudo evitar el llanto. Lo peor le había pasado. Tan solo de pensarlo sentía asco y rabia. ¿Qué podía haber sucedido? Pamela, la chica de sus sueños, su mejor amiga, su vida entera, estaba embarazada. Ambos tenían 17, no estaban juntos, pero él la amaba como a nadie. Ella le contó la noticia a penas lo supo. Dos meses tenía desde que la cagó. Y Adriano no supo qué hacer, prefirió salir, dejarla sola. Sentía que le habían explotado una bomba en el pecho, solo corrió hasta llegar a casa. Lo primero que hizo fue botar a la basura todos los estúpidos poemas y las tontas fotos que guardaba con mucho celo. Cada hoja de papel era como un sueño destruido. No había por qué seguir guardando esos recuerdos, si ella había sido arrebatada definitivamente de sus brazos, de su vida.
   
   
   Los días siguientes no pudo soportar ese dolor en el pecho. Quería arrancarse todos los recuerdos pero no podía. Pues el amor queda gravado, es como un dios omnipresente. Tan solo quería dormir, para no sentir. Cuando despertaba, la explosión de recuerdos volvía a invadir su cabeza. Él sabía que no actuó bien, tenía muy presente de que nunca debió dejarla. Creía que su amor era tan grande como para soportar el tiempo y sus caprichos. Tarde se dio cuenta de que ella no quiso esperarlo más. —¿Por qué su virginidad? No lo soporto carajo—susurraba Adriano—. Él veía la castidad como un bien preciado, era el maná del amor. Por eso, guardaba la suya para ella. Tuvo tantas oportunidades de tener sexo, pero no lo hizo por ella. Porque su amor, en el momento indicado, sería único y perpetuo.

   Ha pasado una semana desde la noticia, y Pamela se atreve a llamarlo:


—Necesito tu ayuda. Estoy desesperada.


—Vete con ese huevón pues, que él te ayude.


—Sabes que no puedo, eres la única persona en quién confío.


—¿Qué quieres? Dímelo rápido, Pamela, que me da asco hablarte.


—Tengo que bajármelo, no me puedo malograr la vida.


Y así fue como ella pide su ayuda. Adriano aceptó, tal vez porque aún tenía la esperanza de que todo lo soñado pudiera hacerse realidad. Luego de la conversación, acuerdan verse al día siguiente por la mañana.
  
   Ella va a su casa. Ambos han faltado a la universidad. Adriano trata de mantener distancia, pero le es inevitable acercarse. —¿Por qué lo hiciste? —Pregunta desesperado— Pero la respuesta obtenida es como una última estocada: «por amor» es lo que él oye. Aun así, no puede odiarla totalmente. Le dice que la ama y llora en su hombro. Vuelve a tocar la sucia piel de su musa, es seducido por un abrazo. Él no quiere besos ni nada de esas cosas, él solo quiere que lo quieran. Ella saca un papel de su abrigo y le dice que tiene la dirección del lugar. Ambos se preguntan si están yendo a acabar con una vida o a salvar otra, y, sinceramente, no obtienen respuesta. Suben a la línea de bus indicada y se enrumban en el viaje más largo he incómodo de sus vidas. Él no puede dejar de pensar en su respuesta, ¿acaso el amor no era solo para él?, ¿por qué ella llegó a amar a otro? Y todo tipo de preguntas se formulan en su mente. Cada una de estas va dañándolo más, cada una es una estaca, una bala, o cualquier cosa que lo pueda herir de modo irreparable.

   Se encontraban en el lugar más marginal que habían visto: casas y colores cual arcoíris; gente de mal aspecto, niños sin zapatos; hombres bebiendo licor en los postes; una carcacha vieja al final de la cuadra y muchas otras cosas. 

—No entiendo cómo es posible que en este basurero gigante te vayas a hacer la operación.


—No tengo dinero para otro. Además, es el único que encontré.


—Igual y si te mueres, te lo mereces.
   
   Llegaron al pseudo consultorio y los atendió una enfermera casi anciana, y con exceso de maquillaje. Esa mujer le daba el toque final a la escena: ya todo parecía una película de horror. Salió una chica en una camilla ensangrentada y luego el doctor. —¡Charito, que pase la siguiente! —dijo con una voz melodiosa— Y la siguiente era Pamela. Ella tomó a Adriano muy fuerte del brazo y, llorando, le pidió perdón. Le dijo que lo amaba y que luego de eso haría todo para recuperar su amor. Pamela entra al cuarto y Adriano queda afuera, en la salita de estar del consultorio clandestino en el que se encontraba. Pasan tan solo diez minutos y se oyen gritos del doctor — ¡Carajo, está con hemorragia! —Dice el médico desconcertado—Mientras Adriano entra a la habitación con toda velocidad. La ve semidopada y la carga en sus brazos. Había mucha sangre, tanta que era evidente que su vida corría peligro. Sale del consultorio con pamela en brazos y para. La ve retorcerse de dolor y no sabe por qué siente una satisfacción, pero la tiene. Él deja de correr, parece que la urgencia ya no le interesase. La mira por última vez y sonríe. En ese instante suelta el cuerpo agonizante, lo deja en la acera. Se siente vengado, al fin ella sentirá el dolor que él contiene. Simplemente se va, la deja en el infinito vacío.


Esta imagen la encontré en internet y creo que retrata lo que siente el protagonista.

Traté de que sea una especie de cuento romántico, aunque terminó en algo parecido a una tragedia. Espero a alguien le haya gustado. Si es así, déjenme saberlo mediante un comentario. Gracias por leer. 

sábado, 3 de agosto de 2013

TONTO

A veces siento que te he perdido
y que me duele.
A veces pienso que te quise
y que fui un tonto.

A veces siento tu aroma
y que vacilo en tu perfume. 
A veces recuerdo lo que te hice
y que fui un tonto.

A veces siento que te extraño
y que no lo concibo. 
A veces pienso que no puedo
y que fui un tonto. 


lunes, 29 de julio de 2013

FUE INEVITABLE: SOBRE EL AMOR

A veces (quizá siempre) me pregunto el porqué de lo inesperado que es el célebre ''amor''. Y es que cuando te toca, te toca. A ese monstruo metafísico nadie le puede huir. ¿Es el destino?¿Es Dios? Quién rayos juega con nosotros y nos hace ir hacia el vacío, porque uno por amor hace todo, y nadie puede objetar eso. Acaso, ¿la vida no sería más fácil sin él? La vedad, yo no tengo respuesta. Solo puedo decir que siempre hay alguien que te marca, tal vez solo una etapa, pero lo hace. Todos recordamos aquel amor de la infancia o a ese al cual te entregaste en cuerpo y alma. Podríamos decir que el amor marca nuestra timeline y que cada etapa se concluye con lágrimas. ¿Y por qué lágrimas? En mi sana e insignificante opinión: si no has llorado por él/ella es que no fue amor. Tal vez estoy siendo muy subjetivo pero, en realidad, da igual. Las lágrimas son hermosas, sean de tristeza o de felicidad. Sabemos que es patético llorar por alguien, sin embargo, estamos seguros de que es algo inevitable. Es una sensación inexplicable, no abarcable en palabras. Es una de las mayores expresiones de la humanidad de la persona, pues no se llora de dolor, es decir, no de uno físico. Se llora por algo que está dentro de uno, en el corazón (alias mente) y nadie sabe qué es en realidad. Sin embargo, tampoco es que todos los llantos sean de despecho porque te han jodido la vida, también se llora de felicidad, pero no escribiré de temas felices porque eso es tremendamente aburrido. Cambiando de rumbo, debo confesar de que a veces le he tenido miedo, pues ir por la senda del amor es lo más complicado. Es muy fácil estar con alguien fácil, valga la redundancia, pero luchar por quien quieres sí que es difícil. A veces se tiene miedo de perder a la persona de quien uno está colgado como un débil mental. A esto le puedo agregar la popular frase: una relación malogrará la amistad.¿Y de qué sirve una amistad si se tiene otras aspiraciones?¿No es masoquismo estar cerca de tu musa y no poder tenerla? Por amor vale la pena correr el riesgo. Así aquella relación dure tan solo una semana, vale más que una vida de una boba amistad. Pues algo especial no tiene que durar, le basta con ser algo que cambie tu vida. Por cierto, creo que las parejas ocasionales, o sea, las de una noche, las de una fiesta o reunión, son igual de válidas. Puede ser que en un lapso de tiempo tan corto como el de una hora tengas el mejor recuerdo y sientas el mayor éxtasis de tu existencia. No sé si he sido muy cursi pero, en mi defensa, traté de evitarlo. Por mientras, iré a encontrar mi crush


Por cierto, son las 8 am. y no he dormido en toda la madrugada. 

sábado, 27 de julio de 2013

SOBRE LAS MANIFESTACIONES


 

   Tengo una y mil dudas sobre si son válidas las marchas y/o protestas. Una parte de mí me dice que las personas que están en el poder son elegidas por nosotros, el pueblo; por esto: ¿protestar no sería prácticamente atentar contra nuestras decisiones?¿El mal actuar de nuestros representantes no es tan solo el resultado de nuestra poca conciencia al momento de decidir el voto? Al fin y al cabo hay una revolución cada cinco años. Luego de un lustro, el pueblo retoma el poder y decide a quién lo entrega. En conclusión, si hay una sarta de incapaces y ladrones es porque la democracia hizo que el pueblo decida, y este le entregó la soberanía a quienes no tienen la capacidad de manejarla. Y quien toma malas decisiones tiene la obligación de aceptar las consecuencias positivas o negativas que estas generen. 

   La posición anterior tiene muchos vacíos: ¿qué hay de quienes no votaron por aquellos que gobiernan? Aunque en una democracia decide la mayoría, si esos individuos meditaron y no le dieron su voto de confianza a quienes cometen tales actos de corrupción, no entiendo el porqué de no poder protestar y rebelarse a alguien con quien nunca se estuvo de acuerdo. Hay otro caso: ¿los ciudadanos que votaron por ciertas autoridades, debido a que estas pactaron hacer una gestión por el bien común y no el individual, no tienen derecho de exigir lo prometido? Sin duda, son ellos quienes tienen el derecho primigenio de protestar, de salir a las calles a reclamar lo que les ha sido arrebatado con falsas promesas. Si alguien me alquila una vivienda, yo debo de pagar el alquiler; si no lo hago, el propietario tiene el derecho de pedir su propiedad de regreso. Aunque, como sabemos, las autoridades no dejarán el poder que han obtenido hasta terminar el ciclo acordado. Pero, aun así, las marchas y manifestaciones son una forma de presión. Estas le demuestran al gobernante que el pueblo no es inmóvil, que el pueblo sabe que tiene derechos y que puede exigirlos. Una protesta es una aliciente para hacer las cosas bien, de lo contrario, se podría llegar, inclusive, a una guerra civil. 

domingo, 21 de julio de 2013

NO TODO ES HOMOFOBIA

   Siempre basta que a alguien no le guste lo que hace una persona homosexual para llamarla homofóbica. Pero, según la RAE, el término fobia significa: ''Aversión obsesiva a alguien o a algo''; y, acaso, ¿que no me guste algo quiere decir que lo odie o que tenga una obsesión en contra de eso? Puede ser que no me gusten las arañas, pero no por eso tengo aracnofobia. 

   Sin embargo, creo que cada persona tiene derecho a hacer uso de sus libertades individuales. Nada está mal, siempre y cuando no dañe la libertad de otro. Por lo dicho, las personas tienen la libertad de no estar de acuerdo con algo, siempre y cuando no atenten contra eso; pues las valoraciones de lo que está bien y mal son completamente subjetivas.

lunes, 15 de julio de 2013

domingo, 14 de julio de 2013

Esperanza eufemística

Mis ojos, mis ojos te ven
aun estés ausente.
Te respiro y te siento.
Cruenta elusión que esclaviza.

Malditos ojos que me engañan.
Te veo sonreír, pero solo te veo.
No puedo tocarte.
Tampoco dejar de amarte.

Permaneces distante, inalcanzable.
Postrada en el trono de la indiferencia.
Gozas con la miseria mía.
Vacío, vacío estoy sin mi musa.

Me verás renacer frente a ti.
Te veré, te veré perder tu poder.
Lograré desmembrar este amor.
Y no serás, simplemente nada serás.