jueves, 8 de agosto de 2013

POR SIEMPRE, SOLO AMIGOS

   

   Adriano, sentado en su cama, no pudo evitar el llanto. Lo peor le había pasado. Tan solo de pensarlo sentía asco y rabia. ¿Qué podía haber sucedido? Pamela, la chica de sus sueños, su mejor amiga, su vida entera, estaba embarazada. Ambos tenían 17, no estaban juntos, pero él la amaba como a nadie. Ella le contó la noticia a penas lo supo. Dos meses tenía desde que la cagó. Y Adriano no supo qué hacer, prefirió salir, dejarla sola. Sentía que le habían explotado una bomba en el pecho, solo corrió hasta llegar a casa. Lo primero que hizo fue botar a la basura todos los estúpidos poemas y las tontas fotos que guardaba con mucho celo. Cada hoja de papel era como un sueño destruido. No había por qué seguir guardando esos recuerdos, si ella había sido arrebatada definitivamente de sus brazos, de su vida.
   
   
   Los días siguientes no pudo soportar ese dolor en el pecho. Quería arrancarse todos los recuerdos pero no podía. Pues el amor queda gravado, es como un dios omnipresente. Tan solo quería dormir, para no sentir. Cuando despertaba, la explosión de recuerdos volvía a invadir su cabeza. Él sabía que no actuó bien, tenía muy presente de que nunca debió dejarla. Creía que su amor era tan grande como para soportar el tiempo y sus caprichos. Tarde se dio cuenta de que ella no quiso esperarlo más. —¿Por qué su virginidad? No lo soporto carajo—susurraba Adriano—. Él veía la castidad como un bien preciado, era el maná del amor. Por eso, guardaba la suya para ella. Tuvo tantas oportunidades de tener sexo, pero no lo hizo por ella. Porque su amor, en el momento indicado, sería único y perpetuo.

   Ha pasado una semana desde la noticia, y Pamela se atreve a llamarlo:


—Necesito tu ayuda. Estoy desesperada.


—Vete con ese huevón pues, que él te ayude.


—Sabes que no puedo, eres la única persona en quién confío.


—¿Qué quieres? Dímelo rápido, Pamela, que me da asco hablarte.


—Tengo que bajármelo, no me puedo malograr la vida.


Y así fue como ella pide su ayuda. Adriano aceptó, tal vez porque aún tenía la esperanza de que todo lo soñado pudiera hacerse realidad. Luego de la conversación, acuerdan verse al día siguiente por la mañana.
  
   Ella va a su casa. Ambos han faltado a la universidad. Adriano trata de mantener distancia, pero le es inevitable acercarse. —¿Por qué lo hiciste? —Pregunta desesperado— Pero la respuesta obtenida es como una última estocada: «por amor» es lo que él oye. Aun así, no puede odiarla totalmente. Le dice que la ama y llora en su hombro. Vuelve a tocar la sucia piel de su musa, es seducido por un abrazo. Él no quiere besos ni nada de esas cosas, él solo quiere que lo quieran. Ella saca un papel de su abrigo y le dice que tiene la dirección del lugar. Ambos se preguntan si están yendo a acabar con una vida o a salvar otra, y, sinceramente, no obtienen respuesta. Suben a la línea de bus indicada y se enrumban en el viaje más largo he incómodo de sus vidas. Él no puede dejar de pensar en su respuesta, ¿acaso el amor no era solo para él?, ¿por qué ella llegó a amar a otro? Y todo tipo de preguntas se formulan en su mente. Cada una de estas va dañándolo más, cada una es una estaca, una bala, o cualquier cosa que lo pueda herir de modo irreparable.

   Se encontraban en el lugar más marginal que habían visto: casas y colores cual arcoíris; gente de mal aspecto, niños sin zapatos; hombres bebiendo licor en los postes; una carcacha vieja al final de la cuadra y muchas otras cosas. 

—No entiendo cómo es posible que en este basurero gigante te vayas a hacer la operación.


—No tengo dinero para otro. Además, es el único que encontré.


—Igual y si te mueres, te lo mereces.
   
   Llegaron al pseudo consultorio y los atendió una enfermera casi anciana, y con exceso de maquillaje. Esa mujer le daba el toque final a la escena: ya todo parecía una película de horror. Salió una chica en una camilla ensangrentada y luego el doctor. —¡Charito, que pase la siguiente! —dijo con una voz melodiosa— Y la siguiente era Pamela. Ella tomó a Adriano muy fuerte del brazo y, llorando, le pidió perdón. Le dijo que lo amaba y que luego de eso haría todo para recuperar su amor. Pamela entra al cuarto y Adriano queda afuera, en la salita de estar del consultorio clandestino en el que se encontraba. Pasan tan solo diez minutos y se oyen gritos del doctor — ¡Carajo, está con hemorragia! —Dice el médico desconcertado—Mientras Adriano entra a la habitación con toda velocidad. La ve semidopada y la carga en sus brazos. Había mucha sangre, tanta que era evidente que su vida corría peligro. Sale del consultorio con pamela en brazos y para. La ve retorcerse de dolor y no sabe por qué siente una satisfacción, pero la tiene. Él deja de correr, parece que la urgencia ya no le interesase. La mira por última vez y sonríe. En ese instante suelta el cuerpo agonizante, lo deja en la acera. Se siente vengado, al fin ella sentirá el dolor que él contiene. Simplemente se va, la deja en el infinito vacío.


Esta imagen la encontré en internet y creo que retrata lo que siente el protagonista.

Traté de que sea una especie de cuento romántico, aunque terminó en algo parecido a una tragedia. Espero a alguien le haya gustado. Si es así, déjenme saberlo mediante un comentario. Gracias por leer. 

24 comentarios:

  1. Aún no entiendo por qué esas sombras en cada renglón.

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  2. Yo tampoco. Es que lo he copiado de Word y me sale así... Estoy tratando de arreglarlo...

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  3. Me pareció que exageraste mucho con el odio que él le tenía y no convence el que la chica se deje maltratar tanto por "el mejor amigo" sin embargo, transmitiste bien el toque de suspenso al final.

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  4. Tal vez Adriano la quería de un modo extremo, casi psicopático. Ella no se deja maltratar, tan solo está convencida de que cometió un error. Y el no era solo su mejor amigo, eran algo más...

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  5. Tan solo se odia lo querido, dicen por ahí...no sé a mí me gustó. Me encantaría creer que es un hecho mitad verídico y mitad ficción, que la mitad verdadera es que amaste a alguien, que te rompió el corazón y que mil veces imaginaste la manera de matarla. Me ha pasado. Saludos, desconocido.

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    1. Todos hemos amado a alguien y tenido el deseo de asesinarlo, creo. Pero no, la historia no es mi caso. Tal vez algunas cosas son una parte manipulada de la realidad. No he odiado tanto a alguien... Sin embargo, creo que ella tuvo su merecido. Saludos.

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    2. todos tenemos nuestro merecido...se llama KARMA.

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  6. Me gustó mucho el final y la imagen fue precisa. Buena, colega ;)

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    1. Gracias, Sol. Me inspiré totalmente en ti.

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    2. No sé si agradecer eso. Viendo desde una perspectiva positiva, puedo ser tu musa oficial? Jaja tienes talento, creo yo.

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  7. No existe una oficial, lo siento, Sol. Me debo al pueblo haha. Gracias por lo del talento, siempre tan linda... Tan sexy.

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  9. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  10. Me gustó, pero con la imágen que pusíste al final, me das a entender que el 'amor y el odio' no son antónimos, si no, sinónimos. Ya que si odias a alguien es porque lo amas, creo.

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    1. Posdata: No sé porque se borraban mis comentarios anteriores.

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  11. No lo sé en realidad, pero en este caso hablamos de un odio particular, uno generado a través del amor y la posterior decepción. Es como si el amor hubiera engendrado su propio fin.

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  12. Oh! tiene ese algo que te atrapa. Buenas líneas ;)

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    1. ¡Muchas gracias, Elvy! Trataré de escribir mejor cada día :)

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  13. Wau' - creo que es verdad. Odiar y amar deberían ser sinónimos, es como un círculo, solo odias lo que has amado (creo yo)

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  14. Estuve leyendo algunos posts (te encontré por el socialday), este es un muy buen relato. Me enganché desde el principio alfin. Esa dicotomía de amor y odio es terrible y lo has relatado muy bien. Felicitaciones!.
    Pd.- por favor quita los códigos captcha de tus comentarios. Es terrible poder comentar con eso.

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    1. ¡Qué paja que te haya gustado tanto! Ahora dime, ¿qué son los códigos captcha? ¿Cómo se quitan? :/

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  15. a la hora que uno comenta aparecen unos números y letras para asegurarse que no seas un "robot". Es decir que no sea spam que va disparando comentarios a todos lados. Pero en realidad es una tortura porque no se ve bien ni los números ni las letras. Creo que no tiene utilidad porque los comentarios entran al spam de tu cuenta. Para quitarlo entra a tu Escritorio de Blogger - Configuración - Entradas y Comentarios - mostrar verificación de palabras y le pones "no" (Espero sea mi último comentario con los códigos captcha je!)

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    1. Ya lo hice... No sabía esa cosas hahaha. Muchas gracias por tu ayuda!

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  16. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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