La posición anterior tiene muchos vacíos: ¿qué hay de quienes no votaron por aquellos que gobiernan? Aunque en una democracia decide la mayoría, si esos individuos meditaron y no le dieron su voto de confianza a quienes cometen tales actos de corrupción, no entiendo el porqué de no poder protestar y rebelarse a alguien con quien nunca se estuvo de acuerdo. Hay otro caso: ¿los ciudadanos que votaron por ciertas autoridades, debido a que estas pactaron hacer una gestión por el bien común y no el individual, no tienen derecho de exigir lo prometido? Sin duda, son ellos quienes tienen el derecho primigenio de protestar, de salir a las calles a reclamar lo que les ha sido arrebatado con falsas promesas. Si alguien me alquila una vivienda, yo debo de pagar el alquiler; si no lo hago, el propietario tiene el derecho de pedir su propiedad de regreso. Aunque, como sabemos, las autoridades no dejarán el poder que han obtenido hasta terminar el ciclo acordado. Pero, aun así, las marchas y manifestaciones son una forma de presión. Estas le demuestran al gobernante que el pueblo no es inmóvil, que el pueblo sabe que tiene derechos y que puede exigirlos. Una protesta es una aliciente para hacer las cosas bien, de lo contrario, se podría llegar, inclusive, a una guerra civil.
sábado, 27 de julio de 2013
SOBRE LAS MANIFESTACIONES
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario