miércoles, 2 de abril de 2014

#UniónCivilYa

Le llegó al Perú la hora de debatir y quizá normar el matrimonio homosexual, llamado con el eufemismo de "unión civil". Es cierto que no será como un matrimonio tal y como lo conocemos, pues no se llama así, y, además, no plantea la adopción de niños. Estoy seguro que estas dos últimas omisiones se han hecho con la intención de evitar que nos arañemos más de lo que ya lo hacemos. Hay que aceptarlo, somos el tercer mundo, otra cultura, no podemos recibir el paquete completo de una, es demasiado. 

Yo soy católico y trato de seguir más o menos lo que me plantea mi religión, sin embargo me es inconcebible obligar a alguien a pensar o actuar como yo. ¿Qué daño me hace que un par de chicos o chicas se junten y se amen? ¿Mermará algún derecho mío que pepito asegure a juanito por todo el amor que le tiene? Podrá ser para algunos una atrocidad, la mayor bestialidad, tal vez inhumano, contra natura, pero ¿y? Al final las culpas ultraterrenas las paga uno. El monseñor o alguna señora megaconservadora no irá al infierno por lo que hacen otros en su intimidad. Con lo anterior hago evidente que estoy en las antípodas del planteamiento de Cipriani sobre un referéndum y que elija la mayoría. Está de más decir que los derechos no pueden suprimirse por votación pública y masiva de la mayoría. ¡Por Dios! ¿De cuándo acá la mayoría es sabia? Obviamente se debe aceptar que hay posiciones en contra, y están en todo su derecho. Otra cosa es que se rechace el proyecto, por ejemplo, porque va contra los planteamientos de Dios. 

El problema, como siempre, es que quienes deciden sobre estos temas son, muchas veces, personas con poco conocimiento, al menos, sobre lo que se discute. Estas personas se dejan llevar por sus pasiones, sus "valores" o temores. Otros son simplemente opositores obstinados con frases tan estúpidas y faltas de criterio como la siguiente: 


Lo siento, no pude evitar comentar ese tuit, pues este señor es congresista de la República. O sea, según él, los gays u homosexuales son o pretenden ser un género. Por favor, que alguien le diga que la identidad de género (hombre-mujer) y la orientación sexual (heterosexual-bisexual-homosexual) son cosas distintas, o al menos que alguien le dispare para que no sufra. 

Solo me queda por decir que es hora de que el Perú esté a la vanguardia de América Latina, del mundo. Siempre hemos sido los últimos, que esta vez no sea así. Aceptemos que los tiempos cambian, que la tolerancia es el único camino hacia lograr el desarrollo de la mayoría. A nosotros la unión civil nada nos quita, a otros les puede cambiar la vida. Reivindiquemos los derechos de esta minoría. Que la valentía de decir al mundo lo que son sea recompensada con los derechos que anhelan y merecen. 

jueves, 13 de marzo de 2014

SEGUNDAS OPORTUNIDADES

Soy de quienes piensan que, generalmente, no hay segundas oportunidades —al menos si se refiere a darlas—. Si te fallan una vez, lo harán muchas más, ¿no creen? Pero el tema es mucho más complicado que tan solo negarse a volver a confiar en alguien y voltear la cara. ¿Qué pasa si realmente se quiere dar nuevamente el voto de confianza? Es ahí cuando el maldito (o bendito) orgullo saca las garras. Si lo pensamos con la cabeza muy fría, podemos notar que a veces vale la pena perdonar y, además, volver a entregarse a esa persona. 

Obviamente todo depende de la gravedad de lo que te hayan hecho. O sea, tampoco vas volver con alguien que te ha puesto los cuernos por una gran temporada, no abrazarás a ese padre o madre que te dejó a tu suerte ni le darás tu confianza nuevamente a aquel amigo que contó tus secretos y trató de joderte un poco la vida de la pura envidia. Ya me sé de memoria ese floro de que debemos de perdonar, el rencor es malo y la venganza nunca es buena, mata el alma y la envenena.

Tampoco digo que estemos pensando todo el tiempo en lo malo que nos han hecho, que calculemos cómo dar el golpe de retorno, que seamos maquiavélicos y planeemos la mejor forma de incurrir el mismo dolor recibido... Claro que no. Amigos, si en algo yo creo es en el perdón. Eso sí, perdonar —según yo— no es ir abrazando al nuevo enemigo, ni estar cachete con cachete con el puñalero. Perdonar es aceptar y reconocer lo que te hicieron, es no buscar un mal igual o similar en el otro, es dejar todo al destino, al karma. Incluso puedo decir que el perdonar nos lleva a dos caminos: a) la reconciliación absoluta y b) el olvido e indiferencia. 

Si ya me dañaste, yo no estoy obligado a seguir portándome igual. Te perdono porque quiero liberarme, porque no vale la pena cargar con algo dentro de mi ser. Creo que es suficiente castigo que me pierdas. Yo decido si eres lo suficientemente valioso(a) en mi vida como para dejar todo atrás y comenzar de nuevo. Si vuelvo, es para no reclamarte. No seamos estúpidos, no es justo sacar las cosas en cara. La vida sigue y tú tomaste la decisión de perdonar e intentar que todo sea como antes. 

Solo quiero que quede claro que no estoy haciendo apología al perdón ni nada de eso. Yo creo que cada quién sabe cómo llevar mejor los procesos de su vida. Si odias a alguien, por algo será y de seguro es legítimo. Perdona si te da la gana. Si quieres véngate. Tan solo haz lo que tengas que hacer, tú conoces qué es lo más indicado. 


Esta imagen no tiene tanto que ver con el tema, pero me gusta mucho. Además, ya sabes, hay que olvidar las penas bebiendo alcohol. Perdona si quieres o, si no, odia y todo bacán. #YOLO





domingo, 23 de febrero de 2014

SENTÍ SUS LABIOS Y NO SÉ, DESPERTÉ.

Yo pensé —como muchas veces, creyendo saber todo— que cuando uno siente que está enamorado o alguna cosa igual de desgraciada y es correspondido, ya no tendría las mismas ganas de expresarme como adolescente emo y poeta a la vez. Pero no, nada de eso. Se supone que cuando logre tener a quien quiero, todo se esfumaría. Supuestamente ya habría logrado mi cometido. ¿Para qué seguir escribiendo cosas medio sentimentalonas? Y, amigos, por el contrario, ahora tengo mucho más que decir.

No puedo negar que me da un tanto de roche siempre escribir sobre esto. Espero que alguien me lea de verdad, que entienda lo que quiero decir. Ojalá algún chico o alguna chica haya seguido mis posts. Sin duda, han habido cambios en mi vida. Ya no me dedico a escribir como un sufrido, claro que no. Ahora estoy feliz. Este año será estupendo, estoy seguro. Sé que no debo centralizar toda mi vida y mi felicidad en una persona, pero digamos que ha contribuido en demasía.

Recuerdo nuestro primer beso. Sentí sus labios y no sé, desperté. Soy joven y aún me quedan muchos años para besar a mucha gente, pero estoy seguro de que ningún otro roce de labios será igual. No sé qué procesos químicos o psicológicos sucederán en ese instante, pero sientes una adrenalina única, sui generis. Podría haber corrido mil kilómetros luego de ese momento. Recuerdo cada movimiento, nuestras prendas, el lugar, su aliento, mi pecho explotando, etc. ¿Saben qué es lo mejor? Que solo fue el primero, que vendrán muchos más.

Me siento distinto, me siento capaz de todo. Hay algo asquerosamente genial que me embarga. Tengo ganas de gritar, de vivir. Es un poco paradójico que no le cuente esto a nadie, a nadie en específico, pero que sí lo transmita por este medio. Rayos, cualquiera se entera de mi vida. No puedo evitarlo, así es cuando uno tiene buenas noticias, no puede guardarlo. Estoy seguro de que esto crecerá y seguiré contando lo bien que me siento. Lo sé, de todas formas es más divertido leer algo triste, pero, en mi defensa, puedo decir que si nada se llega a concretar realmente, los bombardearé de entradas demasiado vomitivas. Verán que si se aleja de mí, alguien se suicidará leyendo lo que publico.





lunes, 10 de febrero de 2014

#SanValentín

San Valentín y el Día de la Secretaria han de ser los días festivos en donde los hombres gastamos más, ¿no? Así es el amor: costoso. Definitivamente no voy a criticar eso, pues cada quien sabe cómo usar mejor su platita.

No podemos negar que es una fecha trascendental en el calendario. No por las puras las calles están llenas de horrendas parejitas y grupos de amigos (todos solterones). Todos los hoteles, hostales y huecos de mala muerte suben su precio; incluso esos en donde te graban para hacerte famoso en Cholotube. ¿Por qué será? Mi mente casta no logra engendrar la idea que responda a dicha cuestión.

Ya, mucho preámbulo, amigos, llegó la hora de que hable de mis penas. No falta nada para el día este y yo no tengo una salida programada. En realidad, aunque soy un chico bueno, tranquilo, romántico, amable, sensible, etc., nunca he tenido una cita propiamente dicha. El 14 de febrero no me llama la atención. Soy un tacaño ortodoxo, además no tengo novia. ¿Voy a pagar y salir con alguien con quien no estoy? No, no lo creo. De por sí ya es horrible estar en la calle y no tengo un motivo para tal autoflagelo.

Seguro me quedaré en casa, viendo TV. Estaré tuiteando que no tengo cita para ese día. De hecho puse el otro día en mi twitter (@Step_McL) lo siguiente: "Ya, no me alquilo para San Valentín, pero sí me regalo... ¿alguien?". Lo malo fue que solo obtuve tres favoritos... ¡y de chicos! Ya fue, ya perdí el toque. Es una señal, las chicas no me dan bola. Tendré que buscar una esposa en cualquier lugar, tendré que esperar lo que venga. Que el viento me traiga a alguien. Que el destino no sea cruel. No quiero casarme con alguien que ya estaba planeando tener 27 gatos. No quiero ser el salvador de alguna desdichada. Yo también quiero comer KFC al lado de mi amorcito un 14. Quiero comprar un peluche enorme que cante las canciones de Maluma. Anhelo con locura que alguna muchacha me regale un perfume de Unique que le encargó a su abue. ¿Saben? Me conformo con una cartita colorinche.

Finalmente, deseo que todos la pasen bonito ese día. Y no olviden que no vale la pena salir en grupo de amigos, a menos que sea para embriagarse. Ir al cine en esa ocasión, si no es para chapar, es un absurdo.


lunes, 3 de febrero de 2014

YA CAÍ

Llegó mi hora, es el fin. Amigos, creo que me entró el virus, no solo soy portador, sino que ya está haciendo estragos. Siento que ya carcomió gran parte de mí. Me fue inevitable; quise, pero no pude, pasó. Lo sé, no puede ser, también me siento avergonzado. Sin embargo, al mismo tiempo, tengo una sensación que embarga todo mi cuerpo de algo así como felicidad. Supongo que ya lo han inferido, y sí, es cierto, sospecho que estoy enamorado. ¿Pueden creerlo? Qué pacharaco para decirlo por acá, ¿no? Pero no importa, tengo que contarlo. 

No, yo me resisto a ser un cursi barato. Digamos tan solo que en este momento podría hacer poemas, acrósticos, canciones y hasta "locuras de amor" estilo Esto Es Guerra. Esto último lo dije para que noten la gravedad del asunto. De verdad que cuando toca, toca. Pasó, así de fácil. Es que cuando alguien es realmente especial, no se necesita mucho tiempo para darte cuenta y, consiguientemente, caer rendido ante 
ese parásito que ocupa tu corazón (mente) y podríamos catalogar como amor. 

Acabo de ver una foto suya y sentí que algo explotó en mi pecho. Ha habido un corto circuito, hasta siento que estoy medio delirante. No puedo explicarlo, pero quería abrazar mi lap top y no soltarla jamás. Estoy en la etapa del babeo y las sonrisas estúpidas carentes de sentido. 

No me queda nada más que decir: he caído. Perdí la batalla y soy ahora su rehén. Yo no sé qué pasará, cómo y cuándo. Tal vez nada suceda, pero no se puede negar que se siente muy bien tener en quién pensar. Eso sí, este post corre el riesgo de ser autodestruido en una semana, pues quizá cambie de opinión. Yo no sé qué ocurrirá o qué sentiré mañana. Puedo hablar de este momento, y ahora me siento como volando. Me siento drogado y nunca he probado nada ilegal. 



lunes, 6 de enero de 2014

#ConcentraciónDeMedios

En los últimos días el tema calientito ha sido la dichosa concentración de medios por parte del Grupo El Comercio (GEC en adelante). Sin duda este tema ya tiene algunos meses más de antecedente, pero las declaraciones del presidente Ollanta Humala encendieron el debate. Es así que ahora tenemos una bipolaridad de posiciones: la de El Comercio y la de La República. Como era de esperarse, al Grupo La República, debido a que no pudo comprar la mayor parte de acciones de Epensa (empresa dueña del diario Correo), solo le queda hacer una pataleta y reclamar por la gran concentración que ha logrado obtener el "pulpo" malévolo y lava cerebros de El Comercio. 


Yo me pregunto de qué concentración estamos hablando... ¿Concentración de medios o preferencia del público? Pues ¿cómo es posible que haya una concentración de medios teniendo la propiedad de nueve de estos frente a los más de sesenta existentes en el país? Es cierto que el GEC vende casi el 80% de lo que consume el país respecto a diarios, pero eso es exclusivamente fruto de su astucia y éxito como empresa. Ellos le venden a la gente lo que esta quiere. Yo no leo el Trome, pero sabemos que una mayoría sí, aunque nos empecinamos en no admitirlo, no lo concebimos. Amigos, eso es el Perú. Yo quisiera más que nadie que las personas se culturicen y lean otras cosas aparte de su diario de espectáculos, pero me parece inconcebible hacer eso a la fuerza, a la mala. No estamos en un país de retrasados, cada quien sabe cómo gasta mejor su dinero. ¿O me van a decir que un grupo de burócratas estatales tiene la solución para despertar en las personas ese espíritu crítico de algunos pocos? Estoy seguro de que eso es totalmente imposible. 


Qué pasa si le quitan diarios al GEC, pero con los que le quedan sigue creciendo y alcanza a vender un tiraje similar al de ahora, aunque con menos diarios, ¿también van a patalear porque la gente sigue consumiendo esa "prensa tergiversadora"? En este caso, otra campaña contra la "concentración" sería del todo absurda y ahora mismo lo es. No están atentando contra un grupo empresarial, sino que están atentando contra las personas y sus preferencias. A diferencia de la radio o la televisión, el espacio para los medios escritos es infinito, cualquiera puede fundar un diario. No existen barreras para entrar al mercado, tampoco hay un mercantilismo de parte del Estado. Hay tantos periodistas, sí PERIODISTAS, en esta campaña contra la libertad de prensa, que yo me pregunto por qué no son un poco más astutos y fundan entre ellos un gran diario que diga la verdad y nada más que la verdad. Yo supongo que todos estaríamos entusiastas de abrir los ojos y por fin darnos cuenta de cuán manipulados somos, ¿no? Pero, en el fondo, sospecho que ellos saben que no pueden ganar por el lado de la competencia, no se pueden enfrentar a ese monstruo de nueve cabezas que sí sabe satisfacer a su público. 


Por último me quiero referir a la internet, pues ya no necesitamos de algo impreso para enterarnos de la actualidad de nuestro país y del mundo. Es ahí donde nos podemos informar a nuestro mayor gusto. No solo tenemos diarios online y portales, sino que también existen blogs y páginas de opinión en las cuales podemos encontrar cuantiosa información que no está en el quiosco de la esquina. Existen redes sociales como facebook y twitter donde las personas pueden expresarse y generar debates respecto a los distintos temas de la realidad actual. Y, por esto, me parece inconcebible decir que la gente, la pobre gente, no tiene acceso a información libre de sesgos y líneas editoriales muy bien definidas. Es en la internet donde se da la verdadera libertad de expresión.



Si me lavan el cerebro, mejor compro otro diario y ya.