domingo, 23 de febrero de 2014
lunes, 10 de febrero de 2014
#SanValentín
San Valentín y el Día de la Secretaria han de ser los días festivos en donde los hombres gastamos más, ¿no? Así es el amor: costoso. Definitivamente no voy a criticar eso, pues cada quien sabe cómo usar mejor su platita.
No podemos negar que es una fecha trascendental en el calendario. No por las puras las calles están llenas de horrendas parejitas y grupos de amigos (todos solterones). Todos los hoteles, hostales y huecos de mala muerte suben su precio; incluso esos en donde te graban para hacerte famoso en Cholotube. ¿Por qué será? Mi mente casta no logra engendrar la idea que responda a dicha cuestión.
Ya, mucho preámbulo, amigos, llegó la hora de que hable de mis penas. No falta nada para el día este y yo no tengo una salida programada. En realidad, aunque soy un chico bueno, tranquilo, romántico, amable, sensible, etc., nunca he tenido una cita propiamente dicha. El 14 de febrero no me llama la atención. Soy un tacaño ortodoxo, además no tengo novia. ¿Voy a pagar y salir con alguien con quien no estoy? No, no lo creo. De por sí ya es horrible estar en la calle y no tengo un motivo para tal autoflagelo.
Seguro me quedaré en casa, viendo TV. Estaré tuiteando que no tengo cita para ese día. De hecho puse el otro día en mi twitter (@Step_McL) lo siguiente: "Ya, no me alquilo para San Valentín, pero sí me regalo... ¿alguien?". Lo malo fue que solo obtuve tres favoritos... ¡y de chicos! Ya fue, ya perdí el toque. Es una señal, las chicas no me dan bola. Tendré que buscar una esposa en cualquier lugar, tendré que esperar lo que venga. Que el viento me traiga a alguien. Que el destino no sea cruel. No quiero casarme con alguien que ya estaba planeando tener 27 gatos. No quiero ser el salvador de alguna desdichada. Yo también quiero comer KFC al lado de mi amorcito un 14. Quiero comprar un peluche enorme que cante las canciones de Maluma. Anhelo con locura que alguna muchacha me regale un perfume de Unique que le encargó a su abue. ¿Saben? Me conformo con una cartita colorinche.
Finalmente, deseo que todos la pasen bonito ese día. Y no olviden que no vale la pena salir en grupo de amigos, a menos que sea para embriagarse. Ir al cine en esa ocasión, si no es para chapar, es un absurdo.
No podemos negar que es una fecha trascendental en el calendario. No por las puras las calles están llenas de horrendas parejitas y grupos de amigos (todos solterones). Todos los hoteles, hostales y huecos de mala muerte suben su precio; incluso esos en donde te graban para hacerte famoso en Cholotube. ¿Por qué será? Mi mente casta no logra engendrar la idea que responda a dicha cuestión.
Ya, mucho preámbulo, amigos, llegó la hora de que hable de mis penas. No falta nada para el día este y yo no tengo una salida programada. En realidad, aunque soy un chico bueno, tranquilo, romántico, amable, sensible, etc., nunca he tenido una cita propiamente dicha. El 14 de febrero no me llama la atención. Soy un tacaño ortodoxo, además no tengo novia. ¿Voy a pagar y salir con alguien con quien no estoy? No, no lo creo. De por sí ya es horrible estar en la calle y no tengo un motivo para tal autoflagelo.
Seguro me quedaré en casa, viendo TV. Estaré tuiteando que no tengo cita para ese día. De hecho puse el otro día en mi twitter (@Step_McL) lo siguiente: "Ya, no me alquilo para San Valentín, pero sí me regalo... ¿alguien?". Lo malo fue que solo obtuve tres favoritos... ¡y de chicos! Ya fue, ya perdí el toque. Es una señal, las chicas no me dan bola. Tendré que buscar una esposa en cualquier lugar, tendré que esperar lo que venga. Que el viento me traiga a alguien. Que el destino no sea cruel. No quiero casarme con alguien que ya estaba planeando tener 27 gatos. No quiero ser el salvador de alguna desdichada. Yo también quiero comer KFC al lado de mi amorcito un 14. Quiero comprar un peluche enorme que cante las canciones de Maluma. Anhelo con locura que alguna muchacha me regale un perfume de Unique que le encargó a su abue. ¿Saben? Me conformo con una cartita colorinche.
Finalmente, deseo que todos la pasen bonito ese día. Y no olviden que no vale la pena salir en grupo de amigos, a menos que sea para embriagarse. Ir al cine en esa ocasión, si no es para chapar, es un absurdo.
lunes, 3 de febrero de 2014
YA CAÍ
Llegó mi hora, es el fin. Amigos, creo que me entró el virus, no solo soy portador, sino que ya está haciendo estragos. Siento que ya carcomió gran parte de mí. Me fue inevitable; quise, pero no pude, pasó. Lo sé, no puede ser, también me siento avergonzado. Sin embargo, al mismo tiempo, tengo una sensación que embarga todo mi cuerpo de algo así como felicidad. Supongo que ya lo han inferido, y sí, es cierto, sospecho que estoy enamorado. ¿Pueden creerlo? Qué pacharaco para decirlo por acá, ¿no? Pero no importa, tengo que contarlo.
No, yo me resisto a ser un cursi barato. Digamos tan solo que en este momento podría hacer poemas, acrósticos, canciones y hasta "locuras de amor" estilo Esto Es Guerra. Esto último lo dije para que noten la gravedad del asunto. De verdad que cuando toca, toca. Pasó, así de fácil. Es que cuando alguien es realmente especial, no se necesita mucho tiempo para darte cuenta y, consiguientemente, caer rendido ante
ese parásito que ocupa tu corazón (mente) y podríamos catalogar como amor.
Acabo de ver una foto suya y sentí que algo explotó en mi pecho. Ha habido un corto circuito, hasta siento que estoy medio delirante. No puedo explicarlo, pero quería abrazar mi lap top y no soltarla jamás. Estoy en la etapa del babeo y las sonrisas estúpidas carentes de sentido.
No me queda nada más que decir: he caído. Perdí la batalla y soy ahora su rehén. Yo no sé qué pasará, cómo y cuándo. Tal vez nada suceda, pero no se puede negar que se siente muy bien tener en quién pensar. Eso sí, este post corre el riesgo de ser autodestruido en una semana, pues quizá cambie de opinión. Yo no sé qué ocurrirá o qué sentiré mañana. Puedo hablar de este momento, y ahora me siento como volando. Me siento drogado y nunca he probado nada ilegal.
No, yo me resisto a ser un cursi barato. Digamos tan solo que en este momento podría hacer poemas, acrósticos, canciones y hasta "locuras de amor" estilo Esto Es Guerra. Esto último lo dije para que noten la gravedad del asunto. De verdad que cuando toca, toca. Pasó, así de fácil. Es que cuando alguien es realmente especial, no se necesita mucho tiempo para darte cuenta y, consiguientemente, caer rendido ante
ese parásito que ocupa tu corazón (mente) y podríamos catalogar como amor.
Acabo de ver una foto suya y sentí que algo explotó en mi pecho. Ha habido un corto circuito, hasta siento que estoy medio delirante. No puedo explicarlo, pero quería abrazar mi lap top y no soltarla jamás. Estoy en la etapa del babeo y las sonrisas estúpidas carentes de sentido.
No me queda nada más que decir: he caído. Perdí la batalla y soy ahora su rehén. Yo no sé qué pasará, cómo y cuándo. Tal vez nada suceda, pero no se puede negar que se siente muy bien tener en quién pensar. Eso sí, este post corre el riesgo de ser autodestruido en una semana, pues quizá cambie de opinión. Yo no sé qué ocurrirá o qué sentiré mañana. Puedo hablar de este momento, y ahora me siento como volando. Me siento drogado y nunca he probado nada ilegal.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)